El más joven presidente del Caucus Progresista del Congreso, Casar busca reconectar con los votantes.

El más joven presidente del Caucus Progresista del Congreso, Casar busca reconectar con los votantes.

Greg Casar, de 35 años, se convierte en el presidente más joven del Caucus Progresista del Congreso, con el objetivo de reconectar a los demócratas con los votantes de clase trabajadora.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política

El representante Greg Casar de Texas está asumiendo uno de los roles más desafiantes en el Partido Demócrata como el recién elegido presidente del Caucus Progresista del Congreso. Con apenas 35 años, se convierte en la persona más joven en liderar este grupo de progresistas, tomando las riendas en un momento crucial en el que el partido está lidiando con su identidad y su atractivo para los votantes más jóvenes. Casar, un exorganizador sindical que representa a Austin, Texas, tiene como objetivo reconfigurar la narrativa del partido y reconectar con los votantes de clase trabajadora que se han alejado en los últimos años. Tras un resultado decepcionante en las elecciones de noviembre, los demócratas están involucrados en una seria reevaluación de sus estrategias. Casar cree que el partido necesita adoptar un enfoque más inclusivo en su liderazgo que refleje la diversidad de su electorado potencial. "Necesitamos liderazgo más viejo. Necesitamos liderazgo más joven, liderazgo del sur. Necesitamos liderazgo de la costa, pero no podemos tenerlo todo de la costa", dijo, enfatizando la necesidad de una amplia coalición para reconstruir la confianza con los votantes de clase trabajadora. Casar critica la trayectoria reciente del partido, argumentando que se ha desviado demasiado de su misión central de abogar por los intereses de los estadounidenses comunes. Señala la creciente desconexión entre el partido y los votantes de clase trabajadora, una tendencia que ha sido evidente desde 2012. "No podemos permitir que eso suceda. Los demócratas necesitan rebranding y reformar nuestro partido para comunicar más claramente a la gente trabajadora que estamos aquí por ellos", afirmó Casar, subrayando la urgencia de que el partido cambie su mensaje. El congresista también desafía la idea de que la ala progresista del partido es la culpable de sus pérdidas electorales. En cambio, argumenta que los demócratas centristas a menudo han socavado la capacidad del partido para inspirar y movilizar a los votantes. "Si los elementos corporativos del Partido Demócrata hubieran escuchado a los progresistas y hubieran aprobado las leyes para reducir los costos de vivienda, para contener los costos de cuidado infantil, creo que eso habría ayudado mucho en esta elección", señaló. Casar cree que los demócratas se han centrado demasiado en políticas sin abordar adecuadamente las luchas reales que enfrentan muchos estadounidenses. "No podemos llevar un libro de políticas a un tiroteo", dijo, sugiriendo que el partido necesita presentar una narrativa más relatable y directa que resuene con las preocupaciones de la clase trabajadora. Reconoce que el Partido Demócrata a menudo ha perdido oportunidades para conectar con los votantes sobre cuestiones económicas, permitiendo que los republicanos dominen la conversación. "Si queremos reenfocar al Partido Demócrata en luchar primero por la gente trabajadora, necesitamos conectar los puntos", explicó. Casar enfatiza la importancia de enmarcar los desafíos económicos de una manera que resalte a los verdaderos culpables, como la avaricia corporativa, en lugar de chivos expiatorios de comunidades marginadas. En este momento de introspección, la visión de Casar para los demócratas implica una comprensión matizada de los problemas culturales junto con una fuerte defensa de la justicia económica. Propone que el partido puede unir a diversos grupos al centrarse en intereses económicos compartidos, trascendiendo divisiones culturales. "Al final del día, son los demócratas quienes son auténticos y están dispuestos a luchar por mí", dijo, sugiriendo que esta conexión auténtica es clave para reenganchar a los votantes descontentos. El camino por delante para Casar y el Caucus Progresista del Congreso está lleno de desafíos, sin embargo, su enfoque refleja un creciente reconocimiento dentro del partido de que sin un cambio significativo, los demócratas corren el riesgo de perder el contacto con los mismos electores que pretenden representar. A medida que asume este rol de liderazgo, el compromiso de Casar con un Partido Demócrata más inclusivo y enfocado puede ser un paso crucial para remodelar el futuro del partido y restaurar su conexión con los estadounidenses de clase trabajadora.

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